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Cuentos, adivinanzas y refranes populares B"hl de Faber y Larrea, Cecilia

  • Editorial: CENTRO ANDALUZ DEL LIBRO
  • Materia: ESPAÑA
  • Materia: ESPAÑOL / CASTELLANO
  • Materia: *FICCION*
  • Colección: CATALOGO
  • Año edición: 2011
  • EAN: 9788488067142
  • Situación:
  • Páginas: 188
  • Tamaño: 130x210 mm.
12,00 €

Sinopsis

Junto a cuentos de encantamiento y cuentos religiosos, Fernán Caballero incluye también Coplas de Nochebuena, Oraciones, Refranes y Adivinanzas. Destacamos algunas oraciones, de tradición infantil, que se dicen al levantarse, al acostarse, para ir a jugar o para empezar a comer.La virtud más destacable de su obra es la movilidad de los personajes y cuadros de costumbres y la creación de una atmósfera narrativa, que hace muy amena la lectura, por sus tramas ligeras e intencionadamente ingenuas.Entre sus obra podemos destacar que en 1849 aparecieron varias novelas suyas: La gaviota, Una en otra y Elia y, un año después, Lágrimas, Callar en vida y perdonar en muerte y No transige la conciencia. Durante la década de 1850 publicó más obras (Cuentos populares andaluces, 1852; Clemencia, 1852; Más largo es el tiempo que la fortuna, 1853; Simón Verde, 1853; Un verano en Bornos, 1855; Un servilón y un liberalito, 1859), hasta que en 1865 logró un gran éxito con La farisea.Fernán Caballero (Seudónimo de Cecilia B"hl de Faber; Morge, España, 1796-Sevilla, 1877) Escritora española. Hija de un hispanista alemán, pasó su infancia en la provincia de Cádiz, y en 1805 se trasladó a Hamburgo. Tras enviudar de su primer marido, con quien había marchado a Puerto Rico en 1816, volvió a España y contrajo nuevas nupcias con el marqués de Arco-Hermoso. Entre 1820 y 1835 redactó dos novelas en alemán: La familia de Albareda y Sola, publicada en Hamburgo en 1840.Fallecido su segundo esposo contrajo matrimonio con Antonio Arrom, con quien viajó a Manila y después a Australia, al ser nombrado éste cónsul de España. Tras haber obtenido el favor de Isabel II y trabado amistad con los duques de Montpensier, vivió varios años en el Alcázar de Sevilla, que hubo de abandonar en 1868.